San Jose Pignatelli y el descendimiento
En la iglesia del Gesù, en la Capilla de la Pasión se veneran los restos de S. José Pignatelli, indiscutido protagonista de la Restauración de la Compañía, así como los del Siervo de Dios P. Juan Felipe Roothaan, segundo General de la renacida Compañía de Jesús. En la misma capilla descansa también Pedro Arrupe, que fue Prepósito General y figura decisiva en la puesta al día de la Compañía después del Concilio Vaticano II.
Para recordar el segundo centenario de la Restauración de la Compañía de Jesús, el pintor bosnio Safet Zec realizó este Descendimiento, en que los personajes representados son los mismos cuyos restos descansan en la capilla.
El descendimiento del cuerpo del Señor y el cuidado de él que los amigos se toman, es el gesto que inaugura el cuidado del hombre enfermo y humillado. Aquí los tres amigos unidos por el común cariño al Hijo de Dios y en el cuidado piadoso de su cuerpo, remiten a la Compañía y a su voluntad de servir sin reservas. A través de este gesto los amigos del Señor, como ocurría con los personajes evangélicos, se descubren discípulos y entran activamente en la pasión de Cristo por el hombre, decididos a ser asociados con su suerte, porque en la cruz de Jesús encontraron la libertad perfecta y en la fe en él, la perla preciosa.
La experiencia de cada jesuita es que se siente radicalmente restaurado cuando pasa por ese momento de Ejercicios en que san Ignacio nos sugiere un coloquio ante el Crucificado y ante su descendimiento de “cómo de Criador es venido a hacerse hombre, y de vida eterna a muerte temporal, y así a morir por mis pecados”. Ante ese Cristo descendido, conectamos con nuestro ser más profundo, se aclara nuestro discernimiento y volvemos a ser peregrinos. El cuadro de Zec nos lo recuerda y disponemos de él como mensaje sobre cómo ha de ser todo futuro de nuestra mínima Compañía.