Jesuitas España

¿Qué es un colegio evangelizador?

Published: Luns, 16 Xaneiro 2023

En España la Compañía de Jesús cuenta con 70 centros educativos que aspiran a ser colegios evangelizadores.  Pero, ¿qué significa eso? Nos lo explica Jonás Fernández, responsable de Pastoral Zona Norte (EDUCSI):

Cuando fuimos al colegio siendo niño vimos con nuestros propios ojos qué pasa si colocas dentro de un vaso una lenteja entre algodón húmedo. En dos o tres días aquella lenteja marrón, dura, germinaba y crecía como un cohete buscando la luz. Tan rápido que nos sorprendía cada mañana. Esta rapidez pronto hacía que el tallo fuera tan fino y débil que no aguantaba muchos días en pie. Después de la sorpresa de su crecimiento venía la desilusión de la caída.

Ser un colegio evangelizador es sembrar la semilla del Evangelio, la semilla de Jesús, para que germine con fuerza en la vida, en las vidas de todas las personas de la comunidad educativa. Una siembra paciente, con mirada de futuro, recordando que para aprender a vivir hace falta toda una vida. Esta es la premisa necesaria para que la evangelización de un colegio sea firme, duradera, que de sentido a la vida y no caiga como una lenteja crecida entre algodón húmedo.

Puede sonar muy duro pero la recogida de los frutos de la evangelización no es asunto del colegio, no es nuestro problema. Nuestra labor es sembrar, sin parar y por todos lados como en la parábola del sembrador.

Un colegio evangelizador tiene a Jesús es su centro, es su modelo, su motor. Sabemos que “Evangelio” es decir Buena Noticia, es mensaje feliz de vida, positivo, esperanzador. Esto es lo que llevamos en las manos y lo ofrecemos como un verdadero tesoro, un regalo que da sentido a la vida apostando por el mayor bien común. Esto es la razón primera y última de educar como colegio evangelizador.

Utilizando el diálogo como clave para el entendimiento con todos y con todo, construyendo comunidad. Comunidad que celebra siempre en unión, que está al servicio del que más lo necesita y que da testimonio de un Dios cotidiano.

Desde esta forma de sembrar, desde esta educación evangelizadora es como se entiende plenamente la gran frase de Arrupe: “Educar hombres y mujeres para los demás”.