Jesuitas España

La formación del jesuita II: el Noviciado*

Publicado: Lunes, 11 Abril 2022

La primera etapa de la larga formación del jesuita es el noviciado que, en la actualidad, en la provincia de España, se realiza en Bilbao durante dos años. Es tiempo para echar los cimientos que, aunque ocultos, deberán sostener el edificio de la vida religiosa. Su objetivo es verificar la vocación a la Compañía por medio del discernimiento, a través de diversas experiencias de formación y probación.

Son varias las semillas que deben quedar bien plantadas durante esta etapa. En primer lugar, los deseos de identificación con Cristo, ya que el noviciado se sostiene en una historia de íntima amistad con Jesús. También, la familiaridad con el lenguaje de Dios a través del proceso interno de seguimiento del Señor. Al maestro le tocará acompañar al novicio para que en este tiempo arraigue una vida espiritual sólida y honda. Otra semilla a plantar es la generación de un hombre nuevo que tiene que romper con todo lo anterior, ya que el comienzo de la vida religiosa supone muchas rupturas, para poder abrazar la vida nueva que se le presenta. Además, uno de los regalos y de las sorpresas del noviciado es el conocimiento de uno mismo: talentos, límites, tentaciones, deseos de entrega, afectos, aciertos y desaciertos, éxitos y fracasos. Por último, otra semilla es ir conociendo la Compañía, no solo en el estudio de su historia, sino en su realidad.

Algunos medios para que estas semillas arraiguen son la probación -el paladear, saborear que aquello en lo que se le entrena es bueno para él- y el acompañamiento, que ocupa una parte importante en la vida del noviciado. Y por supuesto, el mes de Ejercicios, experiencia de refundación de su experiencia personal de encuentro con Dios, que ha de ser el momento donde se vea confirmada la llamada. Además, existen también otras experiencias de servicio en hospitales, pastoral o en comunidades jesuitas. Y todo el noviciado es experiencia de lo que es vivir en una comunidad jesuita y descubrir lo que es la amistad en el Señor. Todo para, al final de esta etapa, decidir prometer, con votos perpetuos, pobreza, castidad y obediencia en la Compañía de Jesús.

En palabras del actual maestro novicio, Abel Toraño SJ, lo más importante en el noviciado es que “los novicios sean hombres que vivan con profundidad y que vayan adquiriendo verdadera sabiduría espiritual”. Porque para él, el noviciado “es un tiempo para apostarlo todo en una única dirección: la que Dios quiera. Es un tiempo para decidir cómo dar ese todo: al modo de Jesús. Es un tiempo para acoger como propio un modo de vida peculiar y apasionante: la Compañía de Jesús”.

*texto basado en el artículo “La formación del jesuita. Cultivos para `buscar en todo a Dios nuestro Señor’ [Co 288]”. Revista Manresa. Vol. 93 (2021)