Jesuitas España

Felices los que trabajan por la paz

Publicat el Dimarts, 05 Juny 2018

Seguimos con preocupación los recientes acontecimientos en Nicaragua, donde han fallecido en las últimas semanas más de un centenar de personas en las protestas contra el gobierno. La comunidad universitaria de la Universidad Centroamericana (UCA) de Nicaragua se ha implicado en el clamor por la justicia y la democracia, y la Compañía de Jesús ha apoyado la labor de mediación para propiciar el diálogo social que encabeza la Conferencia Episcopal nicaragüense.

Sentimos esos esfuerzos en favor de la democracia en contextos de conflicto como la expresión más evidente de nuestra misión de reconciliación. Una reconciliación que no puede construirse ignorando las injusticias. El provincial de Centroamérica y el presidente de la CPAL señalaban recientemente en una carta conjunta que «no hay que dejarse engañar por los discursos de una paz fundada en el silencio, la corrupción, el terror y la violencia; la paz verdadera se construye entre todos con verdad, transparencia y participación lo más amplia posible». El vínculo entre reconciliación y justicia es una llamada a mirar los conflictos desde la perspectiva de aquellos que más los sufren, los pobres y vulnerables.

No olvidemos tampoco que en el centro de la obra de la reconciliación de Dios se encuentra la cruz de Cristo y también nuestra participación en ella. La Universidad Centroamericana (UCA) de Nicaragua ha sufrido amenazas y ataques que la han llevado a suspender su actividad lectiva hasta que se den las condiciones de seguridad necesarias. El 1 de junio, el provincial Rolando Alvarado SJ publicó un insólito comunicado denunciando que la vida del rector de la universidad, José Alberto Idiáquez SJ, corría grave peligro. Idiáquez es uno de los miembros de la Mesa del Diálogo convocada por la Conferencia Episcopal y ha criticado con dureza la represión del gobierno. El provincial responsabilizaba al gobierno nicaragüense «de cualquier agresión o atentado» que este pudiera sufrir.

La exigencia de apertura de un diálogo sincero que evite el derramamiento de sangre y propicie vías de solución a los problemas es una posición que la Compañía de Jesús ha encarnado en conflictos de diferentes regiones del mundo. La Congregación General 36 recordó que la lucha por la justicia, por la paz y por la reconciliación nos remiten a las raíces de la Compañía expresadas en la Formula del Instituto. Llevando a cabo esa misión, los jesuitas actualizan algo que pertenece al corazón de nuestra vocación: aquel deseo, que vivieron con tanta creatividad y pasión Francisco Javier y los primeros compañeros, de ir y predicar la Buena Noticia allí donde los riesgos y las necesidades fuesen mayores.