Jesuitas España

Shogun: Los jesuitas en el papel de malos

Argitaratua: Azteazkena, 28 Otsaila 2024

Este mes de febrero, Disney+ estrena la serie “Shogun”, que es una adaptación original de la novela de James Clavell, creada para televisión hace dos décadas. La miniserie de 10 episodios está ambientada en el Japón de 1600, en los albores de una guerra civil que definirá un siglo. El productor Hiroyuki Sanada da vida a “Lord Yoshii Toranaga”, que lucha por mantenerse a salvo mientras sus enemigos del Consejo de Regentes se unen contra él. Cuando un misterioso barco europeo aparece abandonado en un pueblo pesquero cercano, su patrón inglés, "John Blackthorne" (Cosmo Jarvis), llega cargado de secretos que podrían ayudar a Toranaga a inclinar la balanza del poder y acabar con la enorme influencia de los propios enemigos de Blackthorne: los sacerdotes jesuitas y los mercaderes portugueses.

Así reza la sinopsis de la serie y todo parece indicar que los jesuitas formarán parte del elenco de los malos del guion. Una visión distinta al ambivalente papel (entre mártires y apóstatas) de los jesuitas protagonistas de la cinta “Silencio” de Martin Scorsese. Ambientadas en la misma época nos remiten a la presencia de la Compañía de Jesús en Japón que se remonta al 15 de agosto de 1549 cuando tres jesuitas españoles, San Francisco Javier, Cosme de Torres y Juan Fernández llegaron a Kagoshima.

Con ellos llegaría el cristianismo a este país asiático, tras lograr licencia del emperador o shogun en 1551 para predicar. Las conversiones fueron abundantes en esos primeros dos años que Francisco Javier permaneció en Japón, antes de partir hacia su ansiada China, a cuyas puertas moriría.

La actividad misionera se continuó bajo la dedicación de varios jesuitas como Cosme de Torres. Se abrieron diversas obras y en unos años entraron en la Compañía de Jesús los primeros jesuitas japoneses.

Pero toda esta floreciente labor se truncó, cuando el 25 de julio de 1587 el gobernador Hideyoshi decretó el exilio de los jesuitas, forzándolos a recluirse en las islas de Hirado hasta la partida de la nave portuguesa para Macao. Las iglesias fueron cerradas y poco después destruidas, pero no se llegó a ejecutar el exilio. Comenzaba un tiempo de persecución que cerraría las puertas de Japón al cristianismo durante siglos y que convertiría a la iglesia japonesa en una iglesia clandestina perseguida y plagada de mártires, como los de Nagasaki (festividad el 5 de marzo), que incluyen a 3 jesuitas: Pablo Miki, Juan de Goto y Diego Kisai.

Hasta 1908 no regresarían los jesuitas a Japón.

Dos jesuitas españoles misioneros en Japón han sido Padres Generales de la Compañía de Jesús, el P. Arrupe (1965-1985) y el P. Adolfo Nicolás SJ (2008-2016).