Jesuitas España

Presencia en la Frontera Sur

Argitaratua: Astelehena, 15 Azaroa 2021

Nador es una ciudad marroquí situada en la costa mediterránea, a pocos kilómetros de la población española de Melilla. Esta posición estratégica la ha convertido en un punto clave de las rutas migratorias entre África del oeste y la Unión Europea. Hombres y mujeres jóvenes de países como Mali, Costa de Marfil, Burkina Faso, Guinea o Senegal llegan a esta tierra con la esperanza de continuar su viaje hacia el norte y labrarse un futuro mejor. Las dificultades que encuentran hacen que su estancia en Nador se prolongue más de lo previsto.

Desde hace varios años un grupo de jesuitas viven y trabajan en esta parte de la Frontera Sur. Hoy son tres los compañeros cuya labor se enmarca en el ámbito de la Delegación de Migraciones de la diócesis de Tánger y se explicita en acompañar a los migrantes, aliviar sus sufrimientos prestando ayuda material, médica, psicológica, informándoles… aconsejándoles y, sobre todo, escuchándoles. Y a la vez, en ese encuentro, acogen los valores humanos que traen consigo y que tendrían tanto que aportar a la sociedad occidental: esperanza, creatividad, resiliencia, solidaridad, sentido comunitario… y no pocas veces, una confianza profunda en el Dios en cuyas manos se sienten.

Además esta comunidad tiene encomendadas en Nador otras dos tareas: la gestión del Centro Baraka, escuela de formación profesional que ofrece cursos de inserción sociolaboral para los y las jóvenes, así como enseñanza de idiomas y talleres orientados a la promoción de la mujer, y la atención pastoral, a través de la parroquia de Santiago, al pequeño grupo de católicos de Nador. Asimismo, junto con CVX-España y los compañeros jesuitas de Almería, están tratando de ofrecer una propuesta de experiencia itinerante (al modo de unos Ejercicios espirituales “en camino” para practicar individualmente o en pequeño grupo) que busca favorecer el encuentro con Dios en medio de la realidad de la Frontera Sur.

Migrantes, jóvenes, Ejercicios… La presencia de los jesuitas y su compromiso diario en Nador brinda un espacio de integración, en el corazón de la vida, de las Preferencias Apostólicas Universales de la Compañía de Jesús.