Málaga y los jesuitas I: La antigua Compañía
Uno de los primeros en unirse al grupo germinal de la Compañía en Venecia en 1536 fue el clérigo malagueño Diego de Hoces, pero murió prematuramente en 1538 antes de fundarse la Compañía.
Unos 30 años después de la fundación de la orden inicia su andadura el colegio de San Sebastián, en 1572, fundado por el obispo don Francisco Blanco Salcedo y aceptado por san Francisco de Borja, entonces Prepósito General de los jesuitas.
El pabellón principal se levantó siguiendo el proyecto de los jesuitas Giuseppe Valeriano y Juan Bautista Villalpando, comenzando la dirección el hermano jesuita Pedro Pérez y acabándola su colega Pedro Sánchez. Esta primera fase abarcó 29 años, desde 1578 hasta 1607. A mediados del siglo XVII, se levantó el edificio de las “escuelas nuevas”, añadiéndole una construcción con unas escribanías que se alquilaron y unos balcones que se vendieron, dada su buena situación como tribuna para las fiestas públicas de la Plaza Mayor. Actualmente se le conoce como edificio del Montepío (en la foto) y alberga al Ateneo y al Colegio Victoria Montiel, en la calle Compañía, que toma su nombre de “Compañía de Jesús”.
Para la iglesia, en 1598 se intentó comprar la casa de Don Rodrigo de Mendoza, conocida después como palacio Villalón, que actualmente acoge al museo Thyssen-Bornemisza. Por ser una casa vinculada a un mayorazgo, hubo que incoar un proceso para adquirirlas para iglesia, pero el P. P. General no lo autorizó.
El proyecto definitivo del templo es del jesuita Pedro Pérez, aunque en la dirección de las obras intervinieron los hermanos jesuitas Jorge Zamora, Francisco Díaz de Ribero y Alonso Matías, que lo edificaron entre 1626 y 1630. La construcción se completó con la pintura de la bóveda, a cargo del hermano jesuita Andrés Cortés y los trabajos de madera del el H. Francisco Díaz del Ribero. Actualmente se conoce como iglesia de Santo Cristo de la Salud.
En este colegio se impartió enseñanza primaria, secundaria y universitaria (Filosofía y Teología). Los jesuitas se dedicaban también a predicar, confesar, reconciliar enemigos, misiones populares y atender una misión fundada en El Perchel por el perchelero y obispo de Cádiz Lorenzo Armengual de la Mota en 1719. Entre los bienes de este colegio se encontraba la huerta de Teatinos, que da nombre al campus universitario.
Los jesuitas asistieron a los moriscos durante los procesos de embarque en su expulsión de 1610, y a los afectados de las muchas calamidades que padeció Málaga en la Edad Moderna. Con ocasión del terremoto de 1755 se nombró copatrono de Málaga a san Francisco de Borja.
Es preciso destacar la labor asistencial con los encarcelados en general, y especialmente con los presos pobres para cuya asistencia fundaron en 1593 la hermandad de San Juan Bautista en su Degollación, única entidad que sobrevivió algunos años a la expulsión de los jesuitas.
1767 se produjo la expulsión de los jesuitas de España. La madrugada del 2 al 3 de abril, los jesuitas fueron detenidos por sorpresa y con fuerte aparato militar, como peligrosos delincuentes, y recluidos en su mismo domicilio, para zarpar el 8 de mayo con los demás de las casas del reino de Granada y junto con el convoy que había zarpado del El Puerto de Santa María, con rumbo a los Estados Pontificios. Posteriormente el papa Clemente XIV los suprimió en 1773.
La Compañía de Jesús fue restaurada el 7 de agosto de 1814, por el papa Pío VII, y al año siguiente pudo regresar a su patria un centenar de ancianos, que, casi 50 años después de salir, retomaron sus ministerios con inusitada ilusión. Su regreso a Málaga y su presencia posterior ser recogerán en un próximo post.
Wenceslao Soto Artuñedo, S.I.