Jesuitas España

Centros de Espiritualidad

Argitaratua: Astelehena, 28 Urria 2019

La primera de las cuatro preferencias apostólicas que la Compañía universal ha definido recientemente nos llama a «mostrar el camino hacia Dios mediante los Ejercicios Espirituales y el discernimiento». El papa Francisco destacó la importancia «capital» de esa primera preferencia en su carta del 6 de febrero de 2019 confirmando las preferencias.

Aunque existen múltiples posibilidades de acceder a los Ejercicios Espirituales en España, los tres Centros de Espiritualidad de los que dispone nuestra provincia en lugares de particular significado ignaciano constituyen puntos de referencia para toda la comunidad ignaciana, dentro y fuera de nuestras fronteras, y valiosos recursos para desarrollar la misión evangelizadora que señala la primera preferencia apostólica.

El Centro de Espiritualidad de Loyola (CEL) forma parte del complejo del Santuario de Loyola, lugar natal y espacio de convalecencia y conversión para el santo, cuya experiencia podemos rememorar aquí en conexión con nuestras propias vivencias. Otro tanto cabe decir de la Cova de San Ignacio, en Manresa, que nos ofrece la oportunidad de poner en práctica la guía que Ignacio diseñó para descubrir la voluntad de Dios para nuestras vidas, en el mismísimo lugar donde Ignacio la ideó. Por último, en Salamanca, otro de los lugares con impronta ignaciana, el Centro de Espiritualidad San Ignacio (CES) nos permite retirarnos en la ciudad donde Ignacio estuvo dando algunos de sus primeros Ejercicios.

A los tres centros de espiritualidad, los buques insignia, se suman once casas de Ejercicios por toda España. Unas están junto al mar; otras, en plena montaña. A esto hay que añadir el Instituto de Espiritualidad de la Universidad Pontificia Comillas, encargado de la formación y reflexión teológica y pastoral.

En los Centros de Espiritualidad se llevan a cabo actividades que van más allá de la oferta de retiros y ejercicios espirituales en sus diferentes formatos: talleres, cursos, conferencias y programas máster conforman un calendario abultado durante todo el curso. Además, también acogen en sus instalaciones multitud de encuentros y eventos organizados por la familia ignaciana o entidades cercanas. Los centros de espiritualidad constituyen verdaderas escuelas de valores donde se promueve la interioridad, la profundidad, la capacidad de análisis y el discernimiento, el sentido crítico y el compromiso social, la conciencia individual y social.

Los visitantes, venidos de todo el mundo, encuentran en estos edificios, a veces centenarios, modernos oratorios y aulas de reunión y creatividad que buscan explorar nuevos lenguajes para la fe, también en la configuración de espacios y la expresión artística.

«Según circunstancias de personas, tiempos y lugares», solía repetir Ignacio de Loyola para enseñar a los jesuitas a adaptarse a las situaciones. Seguramente este aforismo es el que ha impulsado a la Compañía de Jesús a tener presente el criterio de la flexibilidad y abrirse a experiencias y horizontes nuevos. Y es hoy también el que guía la labor de los centros de espiritualidad a fin de que sigan siendo lugares en los que cada día se actualiza, en hombres y mujeres de nuestro tiempo, la vivencia de encuentro que transformó a Ignacio.