“La Danza de la Muerte” en el castillo de Javier.
En 2021 se cumplieron 50 años del descubrimiento de las pinturas de “La Danza de la muerte” que acompañan al Cristo sonriente del castillo. Esta iconografía surgió en Europa después de la peste negra con el sentido moralizante de recordarnos la fugacidad de la vida, frente a los placeres mundanos y el poder igualitario de la muerte.
Se tiene constancia de representaciones murales similares a la de Javier en varios países europeos destacando su presencia en Francia y Alemania. Uno de los ejemplos más importantes es la “Danse de la Mort” que fue pintada en uno de los muros del Cementerio de los Inocentes de París en 1424 y que posteriormente fue destruida en 1786 y conocida después solo a través de copias.
Las pinturas de la capilla representan a cuatro parejas de esqueletos, tétricos y divertidos, bailando y esbozando una sonrisa del que se sabe triunfante sobre la vanidad de la vida. Danzan de puntillas sobre un tablado, bajo el cual parece yacer una dama difunta y varios sepulcros. Una pareja de danzantes enarbola cintas con leyendas en latín cuya traducción dice: “Fácilmente conmueve al mundo quien piensa que ha de morir”.
A pesar del primer aspecto tétrico de la visión de estos danzantes, se cree que la distribución de los mismos genera esperanza, porque al morir al hombre le esperan los brazos abiertos del Cristo sonriente.
Antes de conocer esta representación, al Cristo de Javier le acompañaban unas pinturas barrocas de decoraciones vegetales, que debieron añadirse cuando la capilla se redecoró en torno a las fechas de la beatificación o canonización de San Francisco Javier (1619 y 1622). En el descubrimiento de las pinturas originales tuvieron un papel clave los jesuitas José María Recondo y José Luis Alberdi. La existencia de la decoración de las danzas era conocida por el propio Recondo, que publicó un estudio sobre el castillo en el que mencionaba la existencia de otra pintura bajo la decoración barroca. Fueron ellos quienes empezaron a picar paredes para comprobarlo. Y fue con la reforma y restauración de la capilla en1970 cuando se descubrieron. El restaurador de las mismas y de la capilla fue José Mª Rodríguez Azcárate. Este experto y su equipo dataron esta danza entre 1430 y 1510.
*Este texto tiene como fuentes: el santuario de Javier, un reportaje del Diario de Navarra (de Aser Vidondo y fotos de José Carlos Cordobilla, de 4 de marzo 2021) y otro de la revista “Conocer Navarra” (Texto: Mª Pilar Martínez Arce. Fotos varios autores, Marzo 2021)