Jesuitas España

La formación del Jesuita V: el Magisterio

Publicat el Dijous, 15 Setembre 2022

En la jerga jesuítica la palabra “maestrillo” se refiere al jesuita que se encuentra en la etapa de formación denominada Magisterio. El diminutivo podría inducir a pensar de manera despectiva en un “becario” del profesor jesuita y algo de verdad histórica queda en la actualidad, aunque poco. En realidad, por ser el primer destino apostólico del jesuita, su pasión, su interés y su humildad ayudan a que muchas personas quieran a la Compañía de Jesús por los maestrillos que tuvieron cerca en su infancia, adolescencia o juventud. Y, a su vez, muchos jesuitas disfrutan tanto de su magisterio que anhelan volver a él.

Después de estudiar Filosofía, y a veces algún estudio especial, el jesuita interrumpe su formación y es destinado durante dos años a trabajar en una obra de la Compañía, generalmente en su propia provincia, aunque también puede ser enviado al extranjero a obras apostólicas tan diversas como colegios, parroquias, campos de refugiados, ongs, centros sociales, o incluso la curia general.

Digamos que es su estreno en la vida apostólica y también en residir en una comunidad jesuita que no sea de formación, sino de misión. Es un adelanto de lo que será su futuro y de ahí el “ardor apostólico” de los maestrillos.

Es una etapa para que la Compañía de Jesús te conozca y para que el jesuita confirme su vocación en la pertenencia a esta orden. Su objetivo es contribuir a alcanzar una madurez religiosa y apostólica y a ello ayuda el que el jesuita tenga que asumir responsabilidades propias en su día a día. Se plantean preguntas, cuestionamientos y reformulaciones que sirven para confirmar su vocación y abrir el apetito a los estudios teológicos que le siguen. Se trata de poner en juego tanto lo aprendido y experimentado en los años anteriores como novicio y como estudiante, como la propia entrega personal, para seguir aprendiendo de Dios, de los compañeros jesuitas y de la gente con la que le toca trabajar.

El papa Francisco también fue maestrillo. En 1964, su semblante juvenil, a pesar de que ya peinaba veintisiete años, indujo a que sus alumnos del Colegio de la Inmaculada de Santa Fe (Argentina) llamaran “carucha” (cara de niño) al entonces Jorge Mario Bergoglio SJ.

(en la imagen superior, a la izquierda, el Hermano jesuita Jesús Sánchez Salcedo, quien falleció días después de la publicación de esta entrada, junto a Javier Bailén SJ, maestrillo)